Como ya hemos comentado, existe una versión oficial del escritorio GNOME que gestiona la Fundación GNOME. Esta versión se distribuye de forma gratuíta a través de la página web principal de GNOME (http://www.gnome.org), pero, tal como corresponde con la filosofía del Software Libre, lo que se distribuye, es lo importante, el código fuente. Aunque la versión 2.18 se ha publicado también en liveCD y en diferentes imágenes para máquinas virtuales facilitando así que podamos comprobar las novedades sin afectar a nuestra puesto de trabajo. Compilar todo el código fuente de GNOME resulta una tarea tediosa, aunque fácilmente automatizable, ya que se distribuye en muchos paquetes (esto se debe a que el desarrollo se plantea modularizado) y faltan aplicaciones oficiales para cubrir todas las funciones que se le exigen a un ambiente de escritorio, por lo que hay que recurrir a aplicaciones externas al proyecto. Dado que hay mucha gente y empresas trabajando en distribuir el escritorio GNOME con vistas al usuario final, la dificultad de manejarse con el código fuente fuente puede suponer un problema sólo para el usuario que no sea capaz de entender qué es una distribución de linux y cómo se trabaja con ella.
Los usuarios de Windows, cuando quieren instalar una aplicación, buscan por internet la página web del programa intentando encontrar un instalador automático que ejecutan y dejan trabajar por su cuenta. Cuando se acercan al ámbito GNU/Linux y repiten este modus operandi sólo consiguen un paquete de código fuente e instrucciones sobre cómo compilarlo, aunque nunca lo consiguen porque no saben hacerlo. Se supone que la primera opción es más transparente para el usuario, pero, en realidad, es bastante latosa: navegar en busca del cofre del tesoro y abrirlo sin saber que nos vamos a encontrar. En el ámbito GNU/Linux, hay una organización que pone a disposición del usuario los programas disponibles según consideren que son lo suficientemente útiles o seguros. El usuario no tiene que buscar tesoros, sino que a través de canales de distribución automatizados, puede solicitar la instalación de aplicación con la seguridad de que los responsables de la distribución que ha escogido garantizan que no hay escondido en el programa pasajeros indeseables.
Por ejemplo, en openSUSE, la distribución que manejamos en este curso, la instalación es mucho más sencilla y lógica, tenemos un programa que se encarga de instalar y desinstalar aplicaciones que, como le corresponde, busca él mismo las aplicaciones que tenemos disponibles con la garantía de estabilidad y seguridad que nos ofrece la distribución.
Hay que tener presente que en el ámbito GNU/Linux, se trabaja con programas cuyo código fuente está accesible para cualquiera, pero no todos estamos interesados en el código fuente, sino que muchos buscamos aplicaciones usables en nuestros ordenadores de forma sencilla. El objetivo de las distribuciones (openSUSE, Ubuntu, Fedora, Debian...) es facilitar la instalación y configuración de aplicaciones. Algunas, como Gentoo Linux, ofrecen herramientas que automatizan la compilación de las diferentes aplicaciones, pero otras, como openSUSE ofrecen una experiencia completa al usuario modificando con parches la "versiones upstream" de los programas en busca de una mayor consistencia tanto gráfica como de uso.
Se podría afirmar que el GNOME que nos ofrece openSUSE es un proyecto paralelo a la versión oficial. No sólo se ofrece una configuración incial y un tema gráfico distintos, sino que se incluyen por defecto aplicaciones que no se consideran parte de la versión oficial del escritorio aunque sí parte del proyecto GNOME, aplicaciones de configuración del sistema propias y algún parche o compilación que no entraría dentro de lo que se entiende por configuración oficial. Esta situación, no se da sólo con openSUSE, sino que prácticamente todas las distribuciones que distribuyen GNOME presentan su propia selección de aplicaciones y configuración gráfica. Por ello, es bueno ser consciente de la configurabilidad y las pautas de uso del escritorio para poder ajustarlo a nuestro gusto.