Es muy común oír las expresiones del tipo: " Linux es muy difícil de usar", "Eso es sólo para el gurú", entre otras. Entornos como KDE han permitido que el sistema sea usado por lingüistas sin problemas de adaptación al nuevo entorno, y con fiabilidad, sin cuelgues, ni pérdida de datos, ni problemas de virus. Todas las aplicaciones usadas, salvo el VARBRUL, tienen un equivalente para Linux, por lo que el tránsito ha sido fácil. Por ello, la opción escogida ha sido Linux+KDE, con un estilo tipo Windows 95. El uso de KDE ha permitido una adaptación automática de los lingüistas al nuevo entorno, siendo poco perceptible para la mayor parte de los usuarios el cambio de sistema gracias al estilo de Windows 95.
Otro problema distinto es el de la instalación de Linux. El hecho de que no sea posible en Brasil comprar máquinas con Linux preinstalado ha hecho que tengamos que depender de un informático para enseñarnos a instalar Linux y configurarlo adecuadamente. Además, ha habido que escuchar muchas tonterias de los vendedores de hardware cuando algo fallaba dentro de la garantía. Como ejemplo, una vez que el procesador de un ordenador se quemó porque el ventilador no había sido colocado correctanente, la escusa de la tienda para no responder a la garantía fue que el procesador se quemó porque tenía dos sistemas operativos, y "todos saben que con dos sistemas operativos las máquinas se calientan el doble".
La distribución empleada para nuestra investigación ha sido la Mandrake, por su comodidad de instalación y por tener todas las herramientas que necesitábamos en los CDs que pueden ser descargados de Internet gratuitamente. Aunque Debian fue una primera opción, el hecho de no tener un mecanismo de instalación comprensible por un lingüista, y el hecho de no traer KDE por defecto hizo que fracasara el primer intento con Debian por un exceso de dependencia con el informático, y finalmente escogiesemos Mandrake como opción. Cualquier otra distribución razonablemente completa debería ser válida, incluyendo Debian cuando tenga un mecanismo de instalación comprensible por no informáticos.