Hay muchos elementos que afectan a la seguridad de un ordenador. ¿Cómo de seguro necesita ser? ¿Está en red la máquina? ¿Habrán cuentas interactivas de usuarios (telnet/ssh)? ¿Se utilizarán las máquinas como estaciones de trabajo o se trata de un servidor? Esta última es de gran relevancia, pues las "estaciones de trabajo" y los "servidores" tradicionalmente han sido animales muy diferentes, aunque la línea se difumina con la introducción de potentes y baratos PCs, a medida que los sistemas operativos se aprovechan de ello. En el mundo de hoy en día, la principal diferencia entre los ordenadores no suele estar en el hardware, ni siquiera el SO (Linux es Linux, NT Server y NT Workstation son familia cercana, etc), sino en los paquetes de software que traen instalados (Apache, X, etc) y en el modo en que los usuarios acceden a la máquina (interactivamente, en la consola, etc.). Algunas reglas de carácter general que te ahorrarán bastantes penurias son las siguientes:
Recuerda: la seguridad no es una solución, es un modo de vida.
Hablando en términos generales, las estaciones de trabajo/servidores son utilizados por gente que no se suele preocupar en absoluto por la tecnología que llevan por debajo, lo único que quieren es tener listo su trabajo y recoger su correo de forma periódica. Sin embargo, hay muchos usuarios que tendrán la habilidad suficiente como para modificar sus estaciones de trabajo, para bien o para mal (instalar sniffers de paquetes, sitios ftp de warez, servidores www, robots de irc, etc). A esto hay que añadirle que la mayoría de los usuarios tienen acceso físico a sus estaciones de trabajo, lo cual quiere decir que tienes que bloquearles el acceso si quieres hacer las cosas bien.
Recuerda: seguridad en profundidad
Con la configuración adecuada, una estación Linux es casi a prueba de usuarios (nada es 100% seguro), y generalmente mucho más estable comparado con máquinas Wintel. Con el goce añadido de la administración remota (SSH/Telnet/NSH), puedes tener a tus usuarios contentos y productivos.
Los servidores son harina de otro costal, y por lo general son más importantes que las estaciones de trabajo (cuando se muere una estación de trabajo, el afectado es un usuario, si el que se muere es el servidor de correo/www/ftp/, es tu jefe el que telefonea de mal humor). A menos que existan fuertes necesidades, mantén el número de usuarios con shells interactivos (bash, pine, basados en lynx, lo que sea) en el mínimo posible. Segmenta los servicios (ten un servidor de correo, un servidor de www, etc.) para minimizar los puntos únicos de fallo. En términos generales, un servidor adecuadamente configurado se ejecutará y no necesitará mayor mantenimiento (tengo un servidor de correo de un cliente que ha sido utilizado durante 2 años con unas 10 horas de tiempo total de mantenimiento). Cualquier actualización debería estar cuidadosamente planeada y ejecutada en un banco de pruebas. Algunos puntos importantes a recordar en cuanto a los servidores:
Minimizar los privilegios significa darles a los usuarios (y a los administradores en lo que a ellos respecta) la mínima cantidad de acceso requerido para hacer su trabajo. Darle a un usuario acceso de "root" a su estación de trabajo tendría sentido si todos los usuarios tuviesen grandes conocimientos de Linux, y fuesen de fiar, pero a menudo no lo son (en ambos sentidos). E incluso si lo fueran, sería una mala idea, pues crecerían las probabilidades de que instalasen software inseguro/defectuoso. Si todo lo que necesita un usuario es hacer un apagado/reiniciado de la estación de trabajo, es entonces ese el nivel de acceso que se les debería proporcionar. Con seguridad, no dejarías registros contables en un servidor con permisos de lectura al mundo para que los contables pudieran leerlos, y este concepto se extiende a la totalidad de la red. Limitar el acceso también limitará los daños, en caso de que se produzcan penetraciones en las cuentas (¿has leído alguna vez los post-it que mucha gente dejan pegados en los monitores?).
Copyright © 1999, Kurt Seifried, José Antonio Revilla
Todos los derechos reservados.