Los lectores más experimentados seguramente ya han entendido de qué se trata. Necesitamos dar (formato) al disco. Dar formato a un disco (normalmente conocido como ``crear un sistema de ficheros'' en el habla de Linux) escribe información en el disco que crea cierto orden en el espacio vacío de un disco sin formato.
Como muestra la figura fig:formatted-drive, el orden impuesto por un sistema de ficheros conlleva algunas limitaciones:
Dado que los sistemas de ficheros hacen posible que existan cosas como directorios y ficheros, estas limitaciones normalmente se toman como el precio justo a pagar por ellas.
Vale la pena remarcar que no existe un sistema de ficheros único o universal; como muestra la figura fig:other-formatted-drive, un disco duro puede tener uno o varios sistemas de ficheros diferentes. Como puede intuirse, diferentes sistemas de ficheros tienden a ser incompatibles entre sí; es decir, un sistema operativo capaz de acceder a un tipo de sistema de ficheros (o una serie de sistemas de ficheros relacionados entre sí) puede no ser capaz de acceder a otro tipo. Sin embargo, esta última afirmación no es una regla fija. Por ejemplo, Red Hat Linux es capaz de acceder a una amplia variedad de sistemas de ficheros (incluyendo varios que son usados habitualmente por otros sistemas operativos), lo cual facilita el intercambio de datos.
Desde luego, crear un sistema de ficheros en un disco duro sólo es el comienzo. El fin de este proceso es almacenar y emphrecuperar datos de forma efectiva. Echemos un vistazo a nuestro disco tras haber escrito algunos ficheros en él.
Como muestra la figura fig:used-formatted-drive, 14 de los inodes que estaban previamente vacíos ahora contienen datos. No podemos determinar cuántos ficheros residen en el disco; pueden ser tan pocos como uno solo o tantos como 14, ya que todos los ficheros emplean al menos un inode. Otro punto importante que hay que resaltar es que los inodes usados no tienen por qué formar parte de una región contigua: inodes usados y no usados pueden estar intercalados. Este fenómeno se conoce como fragmentación. La fragmentación tiene un papel que jugar si se intenta modificar el tamaño de una partición existente.
Como ocurre con la mayor parte de las tecnologías relacionadas con la informática, los discos duros han evolucionado con el tiempo. En concreto, se ha modificado una característica específica: se han hecho más grandes. No más grandes en tamaño, sino mayores en capacidad. Es precisamente este aumento de capacidad lo que ha llevado a un cambio en la forma de utilizarlos.